El pasado domingo 17 de abril fue rechazada la reforma constitucional en materia eléctrica por la Cámara de Diputados de nuestro país, algunas personas nos quedamos con la duda de lo que significaba como de lo que ahora implica su rebote. Para solventar esta y otras dudas se platicó con el profesor Iván Pedraza, Maestro en Ciencias en Recursos Naturales y Medio Ambiente, quien hizo un breve recordatorio sobre cómo es que funciona nuestro sistema de energía eléctrica, lo que buscaba la reforma y la urgencia de integrar a las energías alternas en la agenda nacional. 

Iván comenzó explicando que el llevar la electricidad a cada casa y empresa es un proceso complejo del que solo podemos ver los postes y cables que cruzan por toda la ciudad, pero cada uno de esos cables parte de plantas generadoras que funcionan a partir de la quema de combustibles fósiles o derivados, también llamadas fuentes generadoras de energía convencional. Dicho proceso es muy caro para su mantenimiento, por ello, es que la reforma del sexenio pasado implementó una inversión por parte de compañías privadas para soportar el gasto de CFE, que después comenzó a tener problemas por un mal manejo de sus recursos. 

Volviendo al presente, lo que pretendía la reforma propuesta el domingo, es que se cancelaran los contratos con estas empresas y devolver la regulación total a CFE. El problema con esta reforma es que en cuanto entrara en vigor y se vieran cancelados dichos contratos, el gasto para el país sería enorme debido a indemnizaciones, teniendo que ser sufragado por recursos destinados a otros programas sociales como de salud o medio ambiente, además de una posible insuficiencia de la compañía para amortiguar la caída, y es que el 62% de la energía es generada por empresas privadas cuando un 38% va por parte de CFE.  

Otro punto en contra de la reforma tenía que ver con el tema ambiental, pues la reforma implicaba el aumento en la emisión de contaminantes con la intención de aumentar la generación de electricidad a través de la quema de combustible y carbón.  Siendo este tema el que más le compete al profesor Iván, es que le preguntamos sobre el uso de las energías alternas en nuestro país, a lo cual respondió que solo hay un pequeño porcentaje de su uso debido a la intermitencia en este tipo de fuentes, un ejemplo de esto sería la pérdida de calidad y potencia de energía solar en un día nublado. Además, todavía no se ha sabido cómo aprovechar y almacenar o respaldar dicha energía para obtener la misma emitida por las convencionales. 

A pesar de la poca potencia que se puede obtener de las energías alternas actualmente, en el mundo se continúa trabajando en plantas híbridas que combinan la energía fósil con la renovable, sin embargo, en México se mantiene el pensamiento de fortalecer la convencional además de casi siempre politizar el tema, como ya vimos el pasado domingo. 

Iván puntualiza que la parte más importante a trabajar es en la investigación, pues será la que dará pie a generar tecnologías y procesos con los que se puedan aprovechar las energías alternas en todos sus aspectos, pues no solo se trata de potencia, sino también de calidad, característica que pocas veces se evalúa. “Aquí en México no se está haciendo investigación en el tema de energía, ni para tecnología ni para la distribución de la misma o para nuevas energías”, lo que nos hace dependientes del desarrollo tecnológico que se haga en otros países para luego importarlo con el riesgo de saber que nuestras condiciones en todos los ámbitos son diferentes.  

En resumen, es de gran relevancia y urgencia la educación e investigación en las energías alternas con el fin de abandonar la dependencia total a las energías contaminantes y la espera a que otros países resuelvan el problema.